Así como el roble crece, se fortifica y se vuelve frondoso.
En el hombre el conocimiento ensancha su mente, vuelve dócil su corazón y engrandece su espíritu,
Y la buena sombra que dan sus palabras de luz, contagia a todos los que lo miran y conviven con él.
No habrá amargura en sus palabras, no habrá nunca tristeza, no habrá nunca traición, no dirá nunca expresiones vanas, no moverá sus labios para ofender.
Allí, nunca en su actuación, la grandeza del hombre se empaña.
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